‘Mens sana in corpore sano’: Del gran salto de Biles al viaje de Borja

La expresión en latín clásico ‘Mens sana in corpore sano’, cuya traducción hemos escuchado una y otra vez como ‘Una mente sana en un cuerpo sano’ se trata de una expresión extraída de la Sátira X (línea 356) del romano Décimo Junio Juvenal. Esta frase, repetida como un mantra por docentes de Educación Física, resuena con fuerza en estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su repercusión actual, en julio de 2021, no ha llegado por la adaptación del nipón Kihachiro Onitsuka para su marca deportiva de zapatillas ASICS (-Anima Sana In Corpore Sano), sino por la gimnasta estadounidense Simone Biles.

‘Orandum est ut sit mens sana in corpore sano’
(Debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano)

Sátira X (línea 356) – Décimo Junio Juvenal

La joven gimnasta estadounidense, que lo ha ganado todo y que estaba llamada a ser una de las estrellas del evento olímpico aplazado por la pandemia, alzó la voz y dijo basta. Decidió retirarse y dejar paso a la suplente del equipo para finalizar la competición en un meritorio segundo puesto. Con todos los focos señalándola, alegó que «era momento de cuidar su salud mental». Unas palabras valientes, que llenaron los telediarios y que recordaron a las palabras de la laureada tenista japonesa que encendió el pebetero en Tokio, Naomi Osaka, tras reconocer sus depresión que le llevó a la retirada en el pasado Roland Garros. Gracias Osaka y Simone, de corazón. Por visibilizar y poner ‘a pie de calle’ un tema que es fácilmente extrapolable a la vida de cada persona. Os deseo una pronta recuperación porque merecéis cosas grandes. La ‘medalla’ que os lleváis está por encima del oro olímpico.

Porque «cuidarse», ese término olvidado que se amplía desde las acciones que realizamos en beneficio de nuestra salud física hasta los beneficios de nuestra salud mental (Acaso, 2020), a pesar de parecer una conjugación egoísta, es necesaria y vital para todas las personas. Porque para cuidar, también hay que cuidarse. Porque ese «tú lo puedes todo» no siempre funciona y los mensajes de Mr. Wonderfull, en un gran número de ocasiones, generan expectativas equivocadas que no se ajustan a la realidad. Porque la presión actúa, el estrés nos juega una mala pasada, la incertidumbre nos abruma, los miedos llegan, la depresión y la ansiedad aparecen y… después ¿qué?.

Desde la escuela, debemos enseñar a educar nuestro cuerpo y nuestra mente para fomentar ese autocuidado personal que nos puede SALVAR en momentos difíciles (sí, con mayúsculas). Echando la vista un año atrás, cuando el confinamiento encorsetó nuestro cuerpo entre cuatro paredes, la materia de Educación Física se convirtió en medicina para que el cuidado corporal llegara a todas las casas a través del movimiento. Recuerdo ese eterno banco de recursos que un buen número de docentes sacaron/mos a la luz para que el primer lado de la balanza (corpore sano) estuviese a salvo (propuestas audiovisuales para el aula, lugares de reflexión, podcast para seguir aprendiendo e incluso el espacio televisivo –¡Nos movemos!– que coordinaron profesores de Educación Física y difundieron los deportistas que hoy están en los Juegos Olímpicos de Tokio).

Ahora bien, hoy quiero detenerme y destacar la gran labor del grandísimo Borja Abad. Ese docente humilde que, aunque no hace mucho ruido en redes, siempre está atento a las verdaderas necesidades educativas. Sin duda, uno de mis grandes referentes, fue el que se encargó de poner en valor el otro lado (mens sana) que en ocasiones es olvidado. Porque su propuesta ‘DIARIO de VIAJE «COVID» -Conocer(se), Observar(se), Vivenciar(se), Investigar(se), Descubrir(se)’– fue una guía que nos acompañó a muchos para generar un AUTOCUIDADO PERSONAL a través de una actividad, reflexión y un viaje de recuerdos trabajando desde las (sub)competencias de la llamada ‘Competencia Socioemocional’.

En esos tiempos complicados, su recurso fue utilizado por muchos docentes y estudiantes que compartían en redes sus impresiones. Borja, aprovecho para darte las GRACIAS por invitar(nos) desinteresadamente a que me cuidara en momentos de incertidumbre. Un año después, cuando el ‘tema está encima de la mesa’, yo me acuerdo de ti. ¡Menos mal que me ayudaste a parar en el momento adecuado!. Porque es bonito leer y exprimir ahora esas reflexiones que saqué entre los entrenamientos improvisados en el salón, las videoconferencias con estudiantes o las correcciones de actividades que debían ser presenciales. Porque como decía en una de ellas «uno parece que está bien….hasta que explota el globo. Hay que aprender a entender tu cuerpo y también tu mente». Y la labor en la escuela… ¡es fundamental!

Acaso, M. (2020) https://elpais.com/educacion/2020-08-05/hacia-la-normalizacion-del-autocuidado-de-los-docentes.html

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