Alucinando me quedé cuando mi primo me enseñó un Zubat en medio de la alfombra de mi habitación. Este verano la gente salía en masa a cazar pokémons. Era el juego de moda que invitaba a salir a la calle (y moverse «más de la cuenta») a los más sedentarios. La realidad aumentada llegaba en forma de juego de la mano del PokémonGO. Renovarse o morir. Los famosas «criaturas salvajes» de mi infancia (cuántas horas con los tazos, cartas de energía y partidas con mi mazo…) volvían en una versión que revolucionó las aplicaciones y juegos del «formato bolsillo».
Renovarse o morir, lo mismo pensé al llegar a la Universidad. Una oportunidad para intentar dar un toque divertido para aprender en la asignatura. Aprovechando el tirón de Pokémon me lancé a mi segunda aventura gamificada.
#JugónGO se convirtió en un juego de realidad inventada con los alumnos de Magisterio de Educación Primaria (Mención de Educación Física). La asignatura de Condición Física y Salud contaba con 27 entrenadores jugones que han mostrado sus mejores habilidades en el mundo de la actividad física y la salud.
Un día de gimnasio jugón (sesión práctica en la universidad), donde los alumnos realizaban actividades metacognitivas/creativas y sacaban a relucir algunas de sus propuestas de actividades sobre las capacidades físicas básicas (F-V-R-Fl). Además, algunas pruebas (con muchas pokéballs y objetos escogidos al azar) marcaban la pauta de algunos de estos retos imprevisibles y les aportaba niveles de experiencia como entrenador. Algo que repercutía en en el nivel de su pokémon personal asignado el primer día de clase.
La sesión en la liga del gimnasio jugón servía como toma de contacto para la #jugoquedada semanal, sin duda uno de los éxitos del proyecto. Un reto con fecha de caducidad (6 días) que salía del aula, rompiendo el horario académico, y que involucraba a los que tenían cerca. Entrenadores convertidos en agentes de actividad física y salud contagiaban al vecino para correr por el parque para subir de niveles al equipo de Pikachu o Articuno, si la familia participaba en las sesiones de flexibilidad… Charmander y Squirtle subían también de nivel. Numerosos equipos, familiares, padres/madres de niños, vecinos, amigos, compañeros de universidad, profesores, maestros jugones… han sido contagiados por muchos equipos a lo largo de 5 jugoquedadas. Más de 300 personas han participado de sesiones y juegos organizados por el equipo de agua, fuego, electricidad, planta, diamante, y voladores. Una evidencia significativa (vídeos, fotografías+ tweets, sesión…) servía para evolucionar a su mascota, además de una buena oportunidad para trabajar la competencia digital.
Convertir algo puntual en un hábito permitía una evolución personal muy importante de la que se aprovechaba el pokémon de cada uno. ¡Que se lo digan a Bulbasaur o a Pidgey! Vivenciar la ilusión de la clase, contagiar a través de las redes (gracias a esos jugones de #edufis y a los maestros Jugones) ha logrado satisfacción por parte de todos.
Ahora a ese Zubat que ronda mi salón le veo con otros ojos. Si logro atraparlo, en dos días le pongo en forma. Gracias a los jugones de 4º, fue un verdadero placer. Nos veremos próximamete en alguna jugoquedada.
Vídeo resumen #JugoQuedadas
IMPORTANTE: La siguiente experiencia está recogida en el libro:
Sotoca, P. (2019) Jugón GO: Cuando el universo pokémon desafía al sedentarismo. En E.M. Sebastiani y J. Campos Rius (coords.), Gamificación en Educación Física (pp.145-154). Barcelona, España: INDE
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