«Enséñame, pero bonito»… ¿Me ayudas?

En secundaria tuve un profesor que siempre nos recalcaba la importancia de pensar por nosotros mismos. Qué importante es dar nuestra opinión, ser crítico con ella, mientras escuchamos las aportaciones de los que tenemos al lado. Parece algo muy simple y obvio, pero es un juego difícil, más de lo que parece. Pero… ¿jugamos?

Os presento un Documental que ha visto la luz hace uno días en el cual se muestran diferentes experiencias educativas alternativas al modelo tradicional de aprendizaje que se viene aplicando en España.

«Enséñame, pero bonito» pretende crear un debate en el cual profesores, padres y alumnos seamos capaces de visibilizar los diferentes métodos de enseñanza que podrían impartirse en el aula. Un proyecto interesante a tener en cuenta como posible línea de trabajo en la renovación pedagógica de nuestro colegio/ciudad/país/mundo.

¿Se trata de una idea de locos? ¿Serían modelos bien vistos en nuestros colegios? ¿El profesorado estaría preparado? ¿Se te ocurre alguna metodología mejor? ¿Ya lo haces en tu clase? …

¡Demasiadas preguntas para un chico que acaba de empezar en esto! ¿Me ayudas? Deja tu comentario y compartamos opiniones. Estoy dispuesto a escuchar, estoy dispuesto a aprender. ¡Que empiece el juego!

2 comentarios en “«Enséñame, pero bonito»… ¿Me ayudas?”

  1. Gracias. Gracias por motivarnos a ver este docu (lo compartiré también en mi blog :)). Y gracias también por tu entusiasmo.

    Estoy convencida de que podemos hacer las cosas de otro modo, del modo que cada uno necesite. De hecho, cuando me abro a estos ejemplos de educación alternativa siempre me vienen a la mente escuelas de educación especial que ya trabajan así, centradas en el alumno o alumna, buscando sus talentos, trabajando con los ritmos de cada persona, aprendiendo habilidades personales y sociales y no solo conocimientos… Si en la educación «tradicional» se ha conseguido hacerlo para un grupo de personas… ¡Quizá se pueda hacerlo para todas!

    Por otro lado, en estos momentos donde la economía ha cambiado, muchas personas (algunas muy jóvenes) afirman que la educación debe estar unida a las necesidades empresariales o profesionales… ¡Y cada vez que lo oigo me entra un escalofrío! Lo expresaban también en el documental: estamos educando para una sociedad, para nosotros mismos, y no para el protagonista de la educación. Y además… ¡muchos de los niños y niñas trabajarán en cosas que ni siquiera hoy existen! ¡Y las crearán ellos!

    Me quedo con lo de la reflexión :). Voy a darle vueltas y compartiré en el blog.
    Gracias de nuevo.

  2. Es obvio que la educación necesita un lavado de cara, y de corazón. Somos de los pocos países europeos que sigue creyendo en un sistema obsoleto. Nos medimos y comparamos con las herramientas del resto, incluso en nuestras leyes se habla de lo mismo, y como resultado somos los peor evaluados y los que más complejo tenemos. En la teoría, porque en la práctica tampoco nos sentiremos tan culpables…

    Ojo, hace falta un cambio pero con los pies en la tierra. En el documental he creído entender que hay que ahorrar ciertos traumas a los pobres niños. Muy cierto, pero con cuidado. Que no por ahorrar traumas educo mejor. Creo firmemente que en aprendizaje de Habilidades y Competencias entra también mi propia gestión del fracaso, de las emociones, de la decepción. Con cariño, con amor, pero te has equivocado. Y de esto aprendemos. Y lo mismo con el estrés y la gestión de nervios ante un examen, una presentación oral… Son experiencias que no pueden perderse, porque tienen que aprender a gestionarlas. Con cariño, con amor, pero aprendiendo.

    Igualmente creo que en la sociedad de la inmediatez, de la tecnología, y de las búsquedas en Google, nos arriesgamos a minusvalorar el trabajo de la memoria, y quizás el aprendizaje por competencias deje un poco apartada esta labor por arcaica. Creo que se puede (debe) hacer todo, y en el término medio debería estar la virtud.

    Ajustarnos al ritmo de cada uno (tarea encomiable sólo apta para valientes que multiplican las horas de sus días, entre los cuales me encuentro, porque así me siento llamada, ojalá algún día las condiciones laborales también lo prevean), es por supuesto el camino. Motivar el placer por aprender desde su libertad, un acierto.

    ¡Cuánto nos queda por hacer…!

    Gracias, amigo, por esta entrada tan interesante 😉

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